La reciente defensa de tesis doctoral de Mariana reveló importantes hallazgos sobre la conectividad genética marina a lo largo de las hermosas costas de California y Baja California. Su investigación examinó diversas especies marinas, ampliando nuestra comprensión de los patrones genéticos, los cambios evolutivos y su impacto en el manejo de la biodiversidad marina.
El trabajo de Mariana se centró en la reconstrucción de la conectividad genética entre 63 especies, incluidas peces, invertebrados, algas, pastos marinos y mamíferos marinos. Evaluando datos de 200 estudios publicados entre 2000 y 2023, identificó 42 rupturas genéticas en su área de estudio. Estas rupturas se localizaron comúnmente en zonas de transición biogeográfica como Punta Eugenia y Punta Concepción. Este hallazgo sugiere que dichas áreas pueden actuar como barreras naturales al flujo genético entre las especies estudiadas, cada una con características únicas de historia de vida que complican las interconexiones. Access full paper on this topic here.
Mariana también analizó la composición genética del mero blanco (Caulolatilus princeps), una especie clave para la pesca artesanal en Baja California. La investigación examinó muestras de cuatro sitios: Islas Coronado, San Quintín, Santa Rosaliita y Bahía Tortugas. A través del análisis de 1,607 polimorfismos de un solo nucleótido (SNPs), Mariana midió la diversidad genética y realizó análisis de estructura genética multivariados y bayesianos. Los resultados fueron notables: mostraron una diferenciación genética mínima entre las localidades, con un valor global de Fst de -0.0002 y un valor p de 1. Esto sugiere la presencia de dos grupos genéticos distintos que no se corresponden geográficamente. Estos hallazgos concuerdan con un alto flujo genético entre las localidades, indicando una estructura más compleja de lo que se pensaba anteriormente.
Implicaciones para el Manejo Ambiental
La investigación de Mariana tiene implicaciones significativas para el manejo de la biodiversidad marina en las costas de California y Baja California. Al revelar patrones de conectividad genética, su trabajo ofrece información clave sobre cómo las especies marinas podrían responder a cambios ambientales, impactos de la pesca y pérdida de hábitats.
La identificación de estas rupturas genéticas puede guiar esfuerzos de conservación enfocados en preservar poblaciones aisladas, ayudando a mantener una alta diversidad genética entre las especies. Además, comprender especies como Caulolatilus princeps puede respaldar prácticas de pesca sostenible que protejan la salud económica y ecológica de los recursos marinos en la región.
De cara al futuro, integrar estos hallazgos en políticas y esfuerzos de conservación es fundamental. Este enfoque nos permitirá enfrentar mejor los desafíos futuros, asegurando que nuestros ecosistemas costeros permanezcan resilientes y prósperos en los años venideros.
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